Mi querida Marie-Laure:
Ahora estamos en Alemania y todo va bien. Me las he arreglado para encontrar un ángel que te lleve esta carta. Los abetos y alisos son preciosos aquí en el invierno. Y —no vas a creerte esto pero tienes que confiar en mí— nos dan una comida fantástica, de primera categoría: codorniz y pato y guiso de conejo. Muslos de pollo y patatas fritas con beicon y tarta de albaricoque. Guiso de buey con zanahorias. Coq au vin con arroz. Tarta de ciruelas. Frutas y crème glacée. Todo lo que queramos comer. Así que siempre estoy deseando que llegue la hora de la comida.
Pórtate bien con tu tío y también con madame. Dales las gracias de mi parte por leerte esta carta. Quiero que sepas que estoy siempre contigo, que estoy siempre a tu lado.
Tu papá