Querida Jutta:
Perdón por no haberte escrito estos últimos meses. Se me ha pasado la fiebre casi por completo, no debes preocuparte. Últimamente me siento más lúcido y hoy te quiero escribir para hablarte del mar. Contiene tantos colores, es plateado al amanecer, verde al mediodía y azul oscuro por la tarde. A veces parece casi rojo o del color de las monedas antiguas. Ahora mismo la sombra de unas nubes cruza sobre él y hay parches de luz por todas partes. La blancura de las gaviotas lo puntean aquí y allá como abalorios.
De entre todas las cosas que he visto en la vida, creo que el mar es mi favorita.
A veces me descubro mirándolo y me olvido completamente de mis obligaciones. Es lo bastante grande como para contener en su interior todas las cosas que un hombre puede sentir a lo largo de toda una vida.
Saluda a frau Elena y a los chicos que queden de mi parte.