Muchas mujeres han enterrado sus tabúes y están preparadas para abordar su propia sexualidad. Pero hay un gran número de ellas para las que es necesario pasar por unas «fases previas» antes de abordar el sexo en toda su extensión. Necesitan encontrar el deseo porque, sin él, no existe una respuesta sexual: se podría denominar como la «preparación» del camino hacia el clímax. Para ellas, no suele valer el «aquí te pillo aquí te mato» excepto en algunas de sus fantasías.

Pero ¿sabemos realmente qué hombre es capaz de detonar el deseo en cada una de nosotras? ¿Qué es lo que realmente precisamos? El placer es una búsqueda, incluso para aquellas mujeres cuyo deseo se presenta fácilmente. Antes de comenzar, es necesario indagar en nosotras mismas, conocer qué es lo que nos estimula, aquello que provoca nuestra libido. Bien es cierto que hay mujeres que no sienten ningún tipo de atracción por el sexo, y que han preferido no rastrear en él, conformándose con una sexualidad mecánica que responde a pautas sociales: «Es mi pareja y he de hacerlo». Muchas de estas faltas de deseo se deben a bloqueos, tabúes, miedos, complejos y prejuicios que tiene la mujer, y que ella misma debe resolver para poder compartir una sexualidad plena con su compañero. Desde luego, no caeremos en el estereotipo de «mujer insatisfecha, hombre inexperto». Si estamos hablando de un tipo de mujer a la que le cuesta expresar su deseo sexual o explorar su sexualidad, podríamos decir que esta dificultad se debe más a sus bloqueos internos que a las facultades o características de su pareja sexual. Contra esos bloqueos hemos de luchar para poder tener una vida sexual satisfactoria.

Una vez eliminados estos lastres y hallado el objetivo, es cuando muchas mujeres se encuentran con una serie de fases que les resulta necesario seguir. Eso no es algo negativo, forma parte de su sexualidad y como tal habrá que contemplarlo; hemos de recordar que no todas las mujeres somos iguales. ¿Qué «preparación» necesitan entonces estas féminas?

A la hora de buscar el placer, existen una serie de factores importantes para la estimulación. De hecho, el éxito de la novela 50 sombras de Grey no se sostiene únicamente por sus escenas eróticas. Las mujeres que han caído rendidas ante esta historia saldrían corriendo si un señor del que no tienen referencias las lleva a su casa, les muestra un cuarto lleno de aparatos de tortura y después se pone a tocar el piano en medio de la oscuridad. Pero Grey sí tiene referencias: es culto, atractivo y multimillonario. Y, por supuesto, atormentado. Evidentemente, él es más que una sucesión de situaciones sexuales con más o menos látex. Existe una historia sugerente, un perfil de hombre que engancha a ciertas mujeres. Eso es lo que llamaremos «preparación» y que pasamos a analizar.