12. Cómo criar a la prole

Si estás criando a tu descendencia hoy en día, lo tienes un poco más fácil que los putones de hace unos años: las imágenes de familias en los libros y la televisión no están tan limitadas a los programas ñoños con moralina como lo estuvieron en nuestra infancia. De todos modos, aunque el divorcio y las familias monoparentales son ahora temas aceptados, nuestra cultura es lenta a la hora de adaptarse a otras realidades en nuestras vidas. Aún son escasas las imágenes de relaciones de más de dos miembros, del mismo sexo y otras constelaciones no tradicionales.

Y las criaturas, en cambio, se adaptan a esas relaciones con bastante raoidez, quizás más que a la familia nuclear tradicional. La prole ha crecido en aldeas y tribus la mayor parte de la historia. Janet recuerda haber tenido sus primeros deseos de vida en grupo durante unas vacaciones con la familia extensa de su entonces marido: se dio cuenta de que sus hijos, rodeados del cariño de personas adultas con tiempo de sobra en sus manos, eran más felices, más dóciles y estaban menos fragmentados de lo que los había visto nunca. Durante la adolescencia de sus hijos vivió en grupo en una casa y vio cómo sus hijos se adaptaron fácilmente a las idas y venidas de un dispar grupo de personas adultas; siempre había alguien libre que podía contestar una pregunta, solucionar un problema informático, hacer experimentos con una receta o jugar a algún juego.

En la promiscuidad ética monoparental se pueden probar diversas opciones para mantener una satisfactoria vida sexual al mismo tiempo que se es responsable como padre o madre. Cuando Dossie estaba compartiendo casa con otras dos madres solteras, una de sus amantes solía cuidar a todos los niños de manera que las tres madres tenían la oportunidad de salir juntas a bailar. Una amiga nuestra solía ser «canguro» de la descendencia de su hermana más joven y de la casa de al lado para que pudiesen juntarse las dos parejas. Dossie realmente nunca vivió como una madre soltera, tuviese pareja o no, durante la infancia de su hija; siempre había un grupo de amables personas viviendo en varias casas dispersas, en la ciudad y en el campo.

Nunca hemos tenido problemas creando un ambiente coherente y seguro para nuestros niños en una familia extensa interconectada sexualmente. Aunque quizás pienses que las relaciones inclusivas pueden generar un ambiente muy poco coherente, nuestra experiencia es justo la contraria. Nuestras conexiones tienden a formar familias extensas dispersas que tienen energía de sobra para que todas las criaturas sean bienvenidas y rápidamente aprendan cómo vivir en la tribu.

Algunos cambios en la población son inevitables pero, en nuestra experiencia, la prole da por hecho ese tipo de movilidad y quizás desarrolla una flexibilidad que puede servirle más adelante en la vida. Si les preparamos para una vida en la que cualquier cambio se percibe como un desastre, ¿cómo van a gestionarlo? Mejor, quizás, aprender que la pérdida puede ser difícil, pero que la superamos, lidiamos con las consecuencias y condnuamos con nuestra vida. Una manera en la que padres y madres puede ofrecer coherencia a su descendencia es ser su modelo de una adaptación sana al cambio. Otra buena manera de ser coherente es la honestidad personal contigo y tus criaturas: cuando vives una vida íntegra, todo el mundo puede contar contigo para ser lo que tú, maravillosamente, eres.

Creemos que la naturaleza binaria del pensamiento monógamocéntrico tiende a causar problemas: o eres el amor de mi vida o lárgate de aquí. Nosotras dos hemos visto que abrir nuestras vidas a otras formas de conectar también abre la vida de nuestros retoños. Por ejemplo, un antiguo amante de Janet no había tenido relación sexual con ella durante una buena temporada, pero se había convertido en una especie de tío suplente y mejor amigo de uno de sus hijos y es todavía un miembro muy querido de la casa. Mientras ella escribe esto, él está dormido en un futón en el suelo de su salón.

De todos modos, a una gran cantidad de padres y madres les resulta difícil unir las dos facetas de la paternidad/maternidad responsable y las relaciones inclusivas. Preguntas sobre qué y cuánto contarle a nuestra prole, cómo prepararla para preguntas complicadas del mundo exterior y cómo ayudarles a relacionarse con las nuevas personas que llegan y se van de sus vidas pueden ser un reto para cualquier padre o madre.

Educación sexual para niños

Como habrás supuesto, nosotras creemos que la abundancia de relaciones puede ser altamente beneficiosa para la vida familiar y que las criaturas salen ganando en modelos, atención y apoyo en la familia extensa poliamorosa. Claramente, la descendencia no debe incluirse en la vida sexual de las personas adultas, y muchas que han sido heridas con abusos sexuales cuando eran unas criaturas son una muestra de los daños que ocasionan. La educación, no obstante, no son abusos, y la pro le necesita la información suficiente para entender lo que están haciendo sus padres/madres, de manera que puedan crecer con su propia comprensión sana de la sexualidad.

Padres y madres tienen que decidir sobre qué tipo de información sexual debe recibir su prole a cada edad. Por la salud y el bienestar de la criatura, se debe buscar un equilibrio entre ofrecer demasiada información, que puede asustar o abrumar, y demasiado poca, que puede dejar a la criatura con el mensa je de que los cuerpos desnudos y la excitación sexual son tan peligrosos y embarazosos que incluso no está permitido hablar de ellos. No queremos aterrorizar a las criaturas y no queremos que entren en su edad sexual adulta con la creencia de que el sexo es sucio y vergonzoso.

Recuerda, la educación es un tema importante para toda persona con prole, independientemente de su estilo de vida. Queremos que nuestros niños tengan buena información y libertad para elegir, y a menudo están viviendo en vecindarios y yendo a colegios donde muchos padres y madres creen que debe denegarse a las criaturas toda información relacionada con el sexo (no vaya a ser que se conviertan en putones como nosotras).

Para hacer las cosas más complicadas, en la actualidad nuestra cultura está profundamente dividida sobre el tema de la información sexual a menores. Hay gente que considera cualquier forma de educación sexual de alguna manera peligrosa. Algunas autoridades tienen la impresión de que, cuando las criaturas tienen información «precoz» sobre el sexo, ello tiene que significar que esa criatura está sufriendo abusos de una persona adulta. Nosotras, de todos modos, nos oponemos categóricamente a la supuesta educación sexual de «sólo abstinencia». ¿Cómo le vamos a enseñar a nuestra descendencia a decir «no» a una persona adulta que abusa si nos falta honestidad para hablarle sobre qué es a lo que debe decir no? Cuando intentamos mantener el sexo secreto frente a nuestros retoños, se dan cuenta de que algo está pasando, pero no saben el qué. Y si dejamos que consigan la información sexual en el recreo o en la calle de otras criaturas igual de desinformadas, los estamos encomendando a la jungla. Nuestra prole necesita y merece un apoyo adulto para aprender y negociar sobre la sexualidad, como hacen en otros aspectos de la vida.

Qué compartir y qué no

Tienes que decidir cuánto debe saber tu descendencia sobre tus elecciones sexuales, así como si tienes varias parejas, si son de tu mismo sexo o sobre estructuras familiares alternativas. Nuestra experiencia es que las criaturas comprenden estas cosas antes de lo que crees, pero puede que no las comprendan correctamente.

Una palabra de advertencia: si vives en una comunidad que no comparte tus estándares de educación sexual, tu deseo de educar debe equilibrarse frente a la necesidad de la prole de aprender lo que puede compartir y lo que no con el mundo exterior. Cuando les enseñes a tus retoños, necesitarás hablarles sobre cómo funcionan los estándares de otras personas y sobre qué información debe compartirse y cuál no.

Aún hay muchos sitios en Estados Unidos en los que vivir una vida sexualmente no tradicional está considerado como una justificación para retirar la custodia de los hijos. Aunque sepas con seguridad que no estás haciendo daño a nadie, necesitas proteger a tu descendencia de la gente de mentalidad cerrada. No podemos darte pautas concretas en esto, porque sólo tú puedes conocer la atmósfera de tu comunidad en particular y la personalidad de tus hijos.

¿Qué deben ver?

Nosotras pensamos que ser modelo de cariño físico y verbal para la prole es buena idea; eso les enseña a ser personas cariñosas. Pero tendrás que decidir sobre la línea divisoria entre cariño físico y efusividad sexual.

¿Dejas que tus retoños vean cómo abrazas a tus parejas? ¿Besarlas? ¿Tocarlas? Todas estas decisiones no las puede tomar nadie por ti. Tienes que pensar sobre ellas —teniendo en cuenta factores como su edad, su nivel de aprendizaje y sus percepciones sobre las relaciones existentes— y atenerte a tus propias decisiones.

La desnudez es un área gris. Nosotras no creemos, desde luego, que la prole resulte dañada si crecen en hogares donde la desnudez es la norma. Pero las criaturas que nunca han estado con personas adultas desnudas a su alrededor pueden verse afectadas si de repente la desnudez aparece en su salón. Los niños pueden ser muy sensibles a asuntos como la exteriorización del sexo, y mostrar alguna parte del cuerpo desnudo es una violación de los límites. Sin duda, si una criatura se muestra incómoda frente a tu desnudez o la de tus amistades, sus deseos deben ser respetados. Y esperamos que no haga falta decir que ninguna criatura debe ser nunca obligada a estar desnuda delante de otras personas: muchas criaturas atraviesan fases de pudor extremo mientras intentan sobrellevar los cambios de su cuerpo y eso, también, merece un respeto escrupuloso.

¿Qué deben hacer?

Es ilegal e inmoral permitir que tus hijos realicen cualquier forma de conducta sexual con una persona adulta, o permitir a tus parejas que seduzcan o sean sexuales con tu descendencia. Muchas criaturas atraviesan uno o más períodos de exploración sexual y/o flirteo en su vida; es algo natural y normal. Pero es importante que tú y tus amistades mantengáis unos límites claros durante esos períodos. Aprender formas educadas y amables de admitir las necesidades cambiantes de una criatura sin involucrarse sexualmente es una habilidad crítica para los putones con ética que pasan tiempo junto a su prole o la de sus amantes. («¡Pero qué monada! ¡Estás hecha toda una mujercita!»). La mejor manera de enseñarle a tu retoño unos límites razonables es hablar con claridad sobre los tuyos y respetar su derecho a crecer sin que se violen los suyos.

Responder a sus preguntas

A menudo las preguntas de menores sobre sexo y relaciones pueden ser todo un reto: desde la de la criatura de cinco años («¿Pero cómo hace la semilla para meterse en el huevo?») a la de adolescentes («¿Y por qué tú puedes follar con cualquier persona que quieras pero yo tengo que estar en casa antes de medianoche?»).

Aquí es donde las habilidades que has aprendido en otras partes de este libro te serán útiles. A tu prole le debes respuestas honestas y sinceras a preguntas como estas; este no es el momento de ponerse prepotente y paternalista. Particularmente con niños más mayores y adolescentes está bien decirles si tienes sentimientos encontrados o vergüenza sobre algo: lo van a saber de todos modos, créenos. Si una situación te enfada o entristece, compártelo también. Pueden necesitar que les tranquilices en el sentido de que lo que sientes no es culpa suya y reforzar que no es su trabajo hacer que tú te sientas mejor.

También está bien comprobar su disposición a recibir información. Antes de empezar a amontonar información en sus cabezas, puedes intentar comenzar tu comunicación con una pregunta como: «¿Te apetece que te cuente sobre [el tema que sea]?». Janet recuerda una conversación con su hijo mayor cuando tenía diez años. Ella acababa de contar lo de «las florecitas y la abejitas» y quizás se había dejado llevar. Al final de su largo discurso, le preguntó: «Así que, mientras hablemos de este tema, ¿hay algo más que desees saber?». Él contestó enfáticamente, «¡Mamá, ya me has dicho mucho más de lo que quería saber!».

También aquí son importantes unos límites claros. Mientras que tu prole tiene derecho a expresar su opinión sobre la manera en que tú eliges vivir tu vida, no puede dictarla. La otra cara de la moneda es que tú tienes una deuda con ellos: evitar que sus vidas reciban un impacto excesivo de un estilo de vida que nunca eligieron. Dossie aceptó el mantener discreción sobre su amante lesbiana cuando las amistades del colegio de su hija fueron a su casa; su hija debía salir del armario frente a sus amistades sobre el tema de su madre a su propio ritmo. Bueno, nadie ha dicho nunca que la paternidad y maternidad —especialmente la de los putones— fueran a ser fáciles.

Los niños de tus amantes

Cuando tus amantes tienen descendencia, tú también tienes relación con ella. Un amigo nuestro se refiere a los muchos retoños de sus amantes a los que ha ayudado a criar como «niños en prácticas» que le ayudaron a aprender las habilidades necesarias para ser padre cuando su retoño nació más adelante.

Tendrás que tomar decisiones sobre qué decirle a tu prole sobre tus relaciones, y necesitas aprender qué decisiones son las habituales en las familias de tus amantes. Puede que no sea importante que las criaturas más jóvenes sepan o entiendan que algunas de las conexiones en su familia son sexuales y otras no. Pero todas las personas adultas en familias con niños tenemos la responsabilidad de conectar con los niños con los que nos relacionamos, y proteger las conexiones de nuestra propia prole con nuestras amistades y amantes.

Los putones solteros que no han tenido contacto anteriormente con niños puede que se encuentren que necesitan aprender cómo tratarlas en su familia extensa.

Ley de vida: todo el mundo que está en contacto con niños necesitará antes o después marcar límites. Puede que haya algunos retos mientras intentas conciliar tus propios límites con los hábitos y estilo de vida de la familia que funcionaba perfectamente antes de que aparecieses tú. Expresar tus necesidades puede ser una oportunidad para que las criaturas aprendan que diferentes personas adultas tienen diferentes necesidades, que Jane puede echarse una siesta durante una emocionante partida del juego del «pilla pilla» mientras que Jean necesita una hora de tranquilidad.

Puede que te suceda que no te guste uno de los niños de tus amantes. Quizás algo sobre esta criatura en particular te toca alguna tecla: te puede recordar a un horrible hermano mayor o quizás a ti mismo cuando eras más joven. A menudo las cosas que nos molestan más de alguien son cosas nuestras o de nuestra vida que no nos gustan. O la criatura puede estar enfadada contigo, o que no le gustes por razones completamente más allá de tu control. Quizás estás «sustituyendo» a una figura parental a quien quiere u otra persona adulta que se ha muerto o se ha divorciado. Sea cual sea la causa del problema, tú eres la persona adulta aquí y es tu responsabilidad encontrar una manera de resolverlo. La solución sin duda llevará algún tiempo, una buena cantidad de energía y una gran cantidad de paciencia, pero creemos que te valdrá la pena a ti, a tu amante y a las criaturas.

Al comienzo de la relación de Janet con E, su pareja, había mucho roce entre E y su hijo ya mayor, a menudo sobre temas que sonarán familiares a cualquier padre/madre que adopta: limpiar la casa, niveles admisibles de ruido, educación. Entonces, recuerda: «estábamos de visita en casa de mi madre unos días y los dos estaban huyendo del torbellino doméstico fuera en el jardín. E expresó comprensión sobre una situación personal complicada por la que estaba pasando mi hijo. Se tomaron una cerveza juntos y hablaron de verdad, desde el corazón, por primera vez. Y de repente E pudo ver a mi hijo de la manera que le veo yo, como un joven socialmente torpe, no siempre consciente de la realidad física que hay a su alrededor pero con un corazón enorme y mucho que dar. Desde esa tarde no han tenido ningún problema trabajando juntos en tares normales de la casa y se han convertido, de hecho, en buenos amigos».

Cuando estableces una relación positiva con las criaturas de tu entorno, te responderán desarrollando una relación positiva hacia ti. Sabemos de ex amantes que han mantenido amistades cercanas durante muchas décadas con criaturas con quienes no tenían ninguna relación biológica. Así se construyen y mantienen las familias de putones.