Introducción

INTRODUCCIÓN

Fuego es el tercer volumen de la serie «Diario amoroso», continuación de Henry y June e Incesto.

Desde 1931, cuando empezó su primera aventura amorosa con Henry Miller, Anaïs Nin empeñó toda su vida en la búsqueda del amor perfecto y confió esta búsqueda a su diario. (La disciplina de escribir todos los días en su diario desde 1914 había dotado a Anaïs de la extraordinaria habilidad de describir sus emociones más profundas «al rojo vivo», inmediatamente después del acto relatado). Continuó su diario —siempre escrito a mano— hasta su muerte en 1977. Sus 35 000 páginas están ahora en el Departamento de Colecciones Especiales de la UCLA (Universidad de California, Los Ángeles), a disposición de los estudiosos.

En la década de 1920, después de que John Erskine y otros dijeran a Anaïs que su diario contenía lo mejor de su obra, ella buscó la manera de publicar el diario sin dañar a nadie. Más adelante, Henry Miller le dijo que lo publicara íntegro y que cada palo aguantara su vela. Anaïs planeó la publicación del diario de diversas formas: transformándolo en ficción, manteniéndolo como diario, pero con nombres ficticios, y mezclando nombres reales y nombres ficticios. Ninguna de estas formas satisfizo la necesidad de Anaïs de proteger a su esposo y a otras personas y se dedicó a escribir novelas.

Finalmente, a mediados de la década de 1950, cansada de recibir tan sólo un reconocimiento clandestino, decidió publicar el diario con nombres reales, revelando así su vida personal, la de su esposo y la de sus amantes. El primer diario editado, publicado en 1966, no estaba numerado. La cubierta decía simplemente El Diario de Anaïs Nin, puesto que nadie, ni siquiera la propia Anaïs, pensaba en un segundo volumen. Pero después de la extraordinaria acogida del «Diario Uno», Anaïs siguió editando y publicando seis volúmenes más, continuando hasta el mismo fin de su vida.

Mucho antes, al principio de nuestras relaciones, Anaïs me dijo que no quería que yo leyera los diarios inéditos. Respeté su deseo. Pero, a principios de los años setenta, cuando preparábamos los diarios para entregarlos a la UCLA, Anaïs me dijo: «Ha llegado el momento de que leas los diarios. Quiero que los leas todos».

Y me senté durante cinco días para leer las 35 000 páginas.

—¿Me juzgas? —me preguntó Anaïs.

—No. Has tenido el valor de vivir tus sueños y de escribir sobre ellos. Algún día deberían publicarse.

—Muy bien, esa es tu tarea. Quiero que publiques los diarios tal como los escribí.

La publicación del «Diario amoroso», el diario íntegro de Anaïs Nin, se inició en 1986 con Henry y June. No se ha omitido nada de importancia. La cronología sigue exactamente las entradas de Anaïs en su diario. La gramática y la puntuación reflejan la escritura «al rojo vivo» de Anaïs.

En Fuego, el escenario cambia —de un sitio a otro— entre Europa y América. Anaïs continúa su relación con su esposo, Hugh, y su relación amorosa con Henry Miller y con el Dr. Otto Rank. Sin embargo, la ruptura con Rank es inevitable, como lo es, quizá, la búsqueda del «hombre que me libere de todos ellos». Y así aparece Gonzalo Moré: «El tigre que sueña. Un tigre sin garras». Anaïs permanece fiel a su filosofía del amor. «He vuelto [a Francia] para vivir mi propia vida, para encontrarme a mí misma, pero eso es una triste necesidad comparada con la de amar… amar es lo primero… amar, perder, rendirse».

La realidad de Anaïs no puede describirse con hechos, tal como ella lo dice incomparablemente mejor: «Vivo en una especie de horno de afectos, amores, deseos, invenciones, creaciones, actividades y ensueños. No puedo describir mi vida con hechos, con lo que ocurre o con lo que hago, sino con lo que surge dentro de mí y con lo que se crea a partir de todo eso… Quiero decir que vivo una realidad que es muy física y metafísica al mismo tiempo…

»Es cierto que, debido a mis dudas y ansiedades, sólo creo en el fuego. Es cierto que cuando escribí la palabra fuego en este volumen no sabía lo que hoy sé, que todo lo que he escrito acerca de June, que sólo creía en el fuego, es aplicable a mí. ¡Esta es la historia de mi neurosis incendiaria! Sólo creo en el fuego

»Vida. Fuego. Ser yo misma en el fuego al que arrojo a los demás. Nunca muerta. Fuego y vida. Le jeu».

Tal como dije en mi prefacio a Incesto, cuando la serie íntegra del «Diario amoroso» de Anaïs Nin esté terminada, dispondremos del extraordinario testimonio vital de la maduración emocional de una artista creativa, una escritora dotada de la técnica para describir sus emociones más íntimas y con el valor de darlas a conocer al mundo.

Rupert Pole

Albacea, Legado de Anaïs Nin

Los Ángeles, enero de 1995