A mi amada mujer Elisabeth, que me acompañó a Auschwitz y se apasionó con esta historia. Quiero pasar el resto de mi vida contigo.

A los más de veinte mil miembros de la etnia gitana que fueron encarcelados y exterminados en Auschwitz y al cuarto de millón asesinado en las cunetas y los bosques del norte de Europa y Rusia.

A la Asociación de la Memoria del Genocidio Gitano, por su lucha a favor de la justicia y verdad.