Capítulo 13: Dispuestos a amar con esperanza

Creí morirme de pena, cuando no querías verme,

Creí morirme de pena

y ahora bendigo mi suerte de no tenerte a mi vera.

Atravesando los montes. Los Planetas

1. ¿De verdad es posible el cambio?

2. «¡Es posible salir del hoyo más profundo!», dice el Sr. Pérez.

3. Llega la primavera.

4. Anuska se tatúa un bambú.

5. Atrévete a quererte.

Algo así pueden cantar muchos de los pacientes que se recuperan de la hipersexualidad, una amante maldita que daba mucho, pero casi todo mentira. Les tenía enganchados y atrapados. Cuando empezaron a separarse creían morirse de pena y ahora bendicen la suerte de no tenerla a su vera. Dejemos que el Sr. Pérez nos cuente su experiencia.

1. «¡Es posible salir del hoyo más profundo!»,

dice el Sr. Pérez

Titularía de forma quizá poco académica este escrito «hace falta un huevo», ya perdonarás que sea un poco basto, pero no se me ocurre otra expresión. Tengo que escribir mi experiencia aunque sólo sea por agradecimiento y para fomentar la esperanza en los pacientes que lo hayan intentado todo.

¡Es posible salir del hoyo más profundo! No importa que se haya intentado todo y muchas veces y durante muchos años. ¡Hay solución! Yo he sido testigo de unos resultados espectaculares, milagrosos, prodigiosos. Lo había intentado varias veces y con varios psiquiatras. ¿Qué actitud llevaba ahora? La de siempre: un deseo vago de mejora y un escepticismo grande. Si otras veces lo he intentado, por intentarlo una vez más, no pierdo nada.

Cuando el psiquiatra vio esta actitud me dijo: pero conmigo no lo has intentado. Manifestó confianza en sí mismo y en mí, seguridad en que yo saliera adelante con éxito. Para conseguirlo se juntaron los siguientes factores:

1. Con mi sinceridad logró un conocimiento profundo y real de mi situación.

2. A ello contribuyó también el estudio por medio de resonancia cerebral y de test, mientras tanto no inició la medicación.

3. Los objetivos que se proponía, los perseguía hasta el final como un perro que no suelta la presa. Tres sesiones «me costó» hasta que consiguió que rompiera las listas de teléfonos (aunque yo pudiera volver a conseguirlos) pero me «obligó» a romperlos, no bastaba con llevarlos a un sitio donde no pudiera utilizarlos. Igual que retirar de mi casa el cable de internet. La constancia y el llegar hasta el final fueron fundamentales. Hubo cosas que me costaron mucho hacerlas pero él no cedía. Yo le había pedido ayuda y él me la daba, aunque yo pataleara y suplicara que me dejara caer de nuevo en el abismo.

2. ¿De verdad es posible el cambio?

Sí, es posible, yo lo he visto en mi consulta. Sí es posible, lo he leído en revistas científicas. Sí es posible, lo he escuchado en congresos. Sí es posible, lo he visto en la televisión y en los periódicos.

El cambio no suele ser milagroso ni de un día para otro. Como cuando quieres adelgazar es necesario que te lo propongas, que te lo tomes en serio. Necesitarás aprender un nuevo estilo de vida, corregir errores, y esto requiere práctica. Un reciclaje en el modo de vivir la afectividad y la sexualidad.

Es difícil sí y cuesta mucho, vale la pena, genera felicidad, te quitas de muchos líos, ahorras dinero y ganas en libertad, cuidas mejor de ti mismo y de tu familia. Todo esto es posible si te lo tomas enserio, si te permites adentrarte en lo que te ocurre realmente y eres firme y constante, aunque haya problemas, recaídas y sufrimiento a lo largo del camino.

Es necesario diseñar un «Plan de Control de Daños» pues como hemos visto en el capítulo 6, las consecuencias pueden ser devastadoras. Cada persona tendrá sus riesgos y daños más probables para los que se pueden establecer medidas que los disminuyan. Desde limitaciones en el gasto de la tarjeta de crédito, hasta viajar acompañado pasando por poner en cuarentena las relaciones afectivas que se tengan en cada momento. No hay fórmulas generales. Cada uno, con sinceridad, podrá saber qué es lo que necesita. Si se deja orientar desde fuera, mejor.

3. Llega la primavera

Visitaba a un preso en una cárcel española. Allí, por no haber, no había ni crisis. Nos echaron del despacho médico. Lo necesitaban para curar a alguien. Fuimos a un patio interior gris de 30 metros cuadrados grises. Altos muros grises sin ventanas y suelo gris de hormigón. En el centro un desagüe con rejilla de hierro oxidada. El preso me dijo: mira, para uno de tus escritos. En el centro del patio, nutrida por la humedad del desagüe una mata verde con brillantes flores amarillas desafiaba a los elementos del ambiente.

Gritaba serenamente que incluso allí había lugar para la vida y derecho a sonreír. Incluso hasta allí podía llegar una semilla, arraigar, crecer y alegrar la vista de un preso. ¿Cómo llegó la semilla? Quizá empujada en el vaivén del fresco viento pirenaico o quizá en una deyección de un pájaro. Cuando despertó la semilla ya estaba allí. Tú que te planteas salir del ciclo pernicioso del descontrol de la conducta sexual tienes derecho a renovar tu ilusión y a hacerte propósitos. No estás desahuciado. Comienza una nueva estación. Estrenas un cuaderno en blanco y puedes escribir un nuevo capítulo de tu vida.

Una buena oportunidad para sembrar una semilla. Es constante y real el bombardeo de malas noticias, crisis, problemas, dificultades, zancadillas, traiciones y desesperanza. A algunos no nos quedan fuerzas ni ganas para renovarnos. ¿No queda en ese patio gris de tu vida una pequeña alcantarilla para que arraigue una semilla? Aunque sea un grano de mostaza.

Sal a la calle con el ánimo renovado. Se puede. Las calles te recompensan con el sonido de tus propios pasos. Escucha la sombra de tus huellas. El sonido de tus pies al marcar el cemento de las aceras te hace saber que eres tú el que está ahí caminando con un propósito. Un escaparate te devuelve tu imagen y confirma que sí, eres tú. De nuevo tú eres el protagonista. Tu caminar no es indiferente. Se escucha, lo sientes.

Te cuesta un montón dar cada paso sin arrastrar los pies. Tú eres el protagonista, tu papel no da igual. Nueva vida, más esfuerzo con nuevas posibilidades. Nuevas relaciones, mismas personas. Nuevo amor, misma entrega. Ser libre otra vez, con innovación, fuerza, sacrificio, esfuerzo, constancia, creatividad, interés, iniciativa, proactividad, resistencia, compromiso, paciencia, diligencia, aventura, riesgo, fortaleza, reciedumbre, inconformismo, intrepidez, sorpresa, satisfacción y disfrute. Vale la pena intentarlo. Si te quedas quieto al final te piensas que eres una estatua donde las palomas tienen derecho a dejar lo que les sobra, como si no pudieras hacer nada. Te crees incapaz e indefenso. Sí puedes hacer algo, no estás indefenso.

4. Anuska se tatúa un bambú

Quizá un «mini-método» de tres elementos puede ayudarte a tener metas asequibles cada día, a cada paso, dejando tu huella.

Primero: Reflexiona cada mañana tres minutos sobre cómo vas a disfrutar de lo que hagas ese día, qué meta te pones en cada actividad, dónde puedes sembrar esa semilla que alegre el patio gris que tienes para vivir. Una inversión segura es la ayuda a los demás. Solo por hoy vive sin enganches sexuales.

Segundo: En cada hora del día dedica un minuto a pensar cómo vas a vivir esa hora, cómo le vas a sacar jugo, en qué y quién te vale la pena estar atento y vívelo en presente. No como aconseja un banco que propone «Disfruta del presente pensando en el futuro», sino disfruta del presente pensando y sintiendo el presente.

Tercero: Por la noche, en dos minutos, observa las flores que ha dado tu semilla. Seguro que alguna encuentras y aún entre los muros grises de esta dura época puedas considerar que aun conservas la libertad y tienes motivos para la esperanza

Me encantaría poder decir que todos las personas que han venido a mi consulta a pedir ayuda por este motivo están recuperadas. Lamentablemente no es así pero sí puedo decir que muchas han mejorado. El Sr. Pérez está casi recuperado, desde luego ha dejado los pisos y negocios fuera de la ley y el consumo habitual de pornografía, de su otra vida sólo queda un 5%. Algunos sí están totalmente recuperados como Menchu que pasó por las relaciones sin control en locales nocturnos, la anorexia sexual y la masturbación compulsiva y ahora dirige su conducta sexual como ella quiere, con libertad. También Sergio que dedicaba varias horas al consumo de pornografía manga ha abandonado este hábito, ha tejido una red social sana, se relaciona con chicos y chicas, ha potenciado la comunicación con sus padres y aumentado la seguridad en sí mismo. Juan Antonio, al que echaron del trabajo por lo que hacía internet, ya sólo viene una vez al año a revisión, mantiene su trabajo y la relación con su mujer ha florecido de nuevo.

En las revistas científicas también encontramos muchos casos publicados como el de un profesor de colegio, con un episodio depresivo que, tres veces al día seguía un ritual en el que se bajaba de internet contenido pornográfico, lo editaba personalmente durante dos horas, después consumía popper y se masturbaba. Su vida social se volvió prácticamente nula y presentaba abundantes síntomas como ansiedad, insomnio, tristeza, anhedonia y cansancio. Tras participar en un programa de desintoxicación de inhalantes, recibir terapia cognitivo conductual y farmacológica se recuperó totalmente.150

Con otros estamos en mitad del camino. Josean ya sabe cuáles son sus factores precipitantes y puede adelantarse a muchas de las situaciones y estar semanas seguidas sin episodios. Anuska tiene ahora una relación estable, dice que no cuando no quiere tener relaciones y puede expresar lo que desea. Se ha tatuado recientemente un bambú chino y me contaba la siguiente historia: un hombre que amaba la naturaleza y la botánica tenía especial gusto por los bosques de bambú. En su casa tenía una zona de tierra donde nada crecía y pensó que le gustaría tener allí un pequeño bosque de bambú. Se lo contó a un amigo que regaló unas semillas de bambú para plantarlas en el jardín de su casa. Las plantó con ilusión pero empezó a desesperarse cuando vio que pasaban días, meses e incluso años y allí no salía nada y que todo seguía tan pelado como siempre, ni bambú, ni bosque, ni naturaleza ni nada. Le dijo a su amigo diciéndole que seguramente las semillas que le había regalado con tanta ilusión estaban muertas porque aquello no daba fruto. El amigo le explicó que el bambú que él tanto deseaba ver crecido y hermoso tenía un proceso de enraizamiento de años de duración. Los primeros meses crece hacia adentro y por fuera no se nota nada, sin embargo luego brota y crece rápidamente. Si esperas y te mantienes en la certidumbre de que lo que haces tiene sentido, tu esfuerzo dará fruto y verás el bosque de tu vida sexual hermoso, sano y tupido.

5. Atrévete a quererte

En muchas ocasiones la persona que ha desarrollado una conducta sexual fuera de control siente mucha vergüenza, mucha, mucha, mucha vergüenza. Y culpa, mucha, mucha, mucha culpa. Y miedo, mucho, mucho, mucho miedo. Y asco por tantas cosas como ha hecho. Abochornado porque no sabe cómo es posible que se encuentre en esa situación tan absurda y tan coherente, tan atractiva y con tanto malestar.

Se aborrece a sí mismo, si se pudiera cambiar por otro lo haría. Se agobia, se angustia al verse encadenado y todo lo que queda por recorrer. La amargura le invade y puede tender al aislamiento. ¡Qué confusión! ¿Y cómo se sale de aquí? Está consternado, dañado, decaído y decepcionado consigo mismo. La derrota es su bandera. El desagrado, la insatisfacción y el hastío que siente por lo que hace es tan grande como las ganas de volver a hacerlo. No hay salida. El desaliento y el desánimo son sus compañeros de viaje. Descontento y desconcertado avanza hacia la nada porque nada se puede hacer.

Lánguido y desesperanzado desfallece en el campo de batalla con los buitres rodeándole, casi no siente ni lástima de lo pesimista que se encuentra. ¡He destruido mi vida y la de personas que me quieren! Se enfada consigo mismo. No merezco ser querido, me detesto, estoy condenado a ser un infeliz. Se odia, se rechaza. Atormentado en un mar de tristeza, repulsión, resentimiento, fastidio y disgusto.

Sí tú padeces hipersexualidad acércate a ti y trátate con cariño. Quiérete. Hay salida. Es posible. Es normal que no te lo creas, que pienses que no mereces perdón y que te sientas desganado. Has intentado muchas veces salir, pero ahora se acerca una nueva época. Da un paso atrás y obsérvate. Intenta caerte bien, apiadarte un poco de ti, «empatizar con la víctima» para hacerte cargo de ella y cuidarla, atenderla.

Mímala, atiéndela con solicitud, como si no hubiera tenido formación, como si fuera un «niño de la selva» o un «niño de la calle» que no hubiera podido aprender de otra manera, ponte expectativas proporcionadas al estado en el que estés en cada momento. No es fácil, no, no es nada fácil. Es normal que te muestres escéptico y que te sientas frágil. Por eso mismo recógete con delicadeza y con cierta indulgencia. Es lógico que te encuentres inseguro, pero el interés que tienes por salir de este hoyo es fuerza renovada para intentarlo de otra manera.

Seguramente estés intrigado por saber cómo se pueden buscar nuevas vías de salida. Aunque la melancolía siga en ti y seas prudente y precavido porque no quieres volver a defraudarte con un nuevo fracaso, fíate un poquito. Permítete un poco de queja y de darte pena, expresa tu rabia y rencor, no eres el único culpable. Se admiten tus reservas, sospechas y reticencias ante la posibilidad del cambio, hazte solidario contigo y trátate con ternura, con compasión. Consuélate, el lenguaje del cariño sí lo entiendes ¿verdad?, es normal que vaciles, tienes tantas heridas, pero vamos hacia el triunfo. Este partido lo vamos a ganar.

Vamos a salir al campo con ilusión, con paz y reposo, y con valentía. Que no se diga, que no te digas. Llegará un día en el que tengas poderío sobre tu conducta, que tengas competencias para dirigirte como desees y estés satisfecho de ti mismo. Vamos a ir poquito a poco. Fíate de ti en este pequeño paso a la vez que desconfías de tu flaqueza. Sabes lo que anhelas y vamos a por ello. Tus ansias y deseos de libertad se harán realidad. Te va a costar, sí, pero vale la pena. Venga, vamos, con determinación. Ahora es otro momento. Estate orgulloso de haber comenzado el cambio, esto no lo hace cualquiera. Que estés dispuesto es ya un motivo de esperanza. Aunque parezca que nada ha cambiado, que estés considerando cómo cambiar es ya un cambio. Ilusiónate con un mundo tuyo distinto, lleno de alegría, paz y seguridad en tu vida sexual. Dispuesto a amar.

150. Karila, L., Lafaye, G., Reynaud, M. «Poppers dependence…» Op. cit.