El Arma de Khan
Die Waffe der Khans
Palabras
1. acarició - streichelte
2. acelerador - Gas, das
3. agarró - packte
4. aire - Luft, die
5. alcohol - Alkohol, der
6. alrededor - umher
7. ambos - beide
8. aparcamiento – Parkplatz, der
9. aplastar - zerquetschen
10. arcén – Randstreifen, der
11. arma - Waffe, die
12. arrastrar - ziehen
13. arrastró - zog
14. atacar – angreifen
15. ataque – Angriff, der
16. atasco – Stau, der
17. aterrizó - landete
18. aulló - schrie
19. barril - Fass, das
20. beber - trinken
21. borracho - getrunken, betrunken
22. bramando - trompetend
23. bramó - trompetete
24. cada - jede, jeder, jedes
25. caer - fallen
26. carretera - Straße, die
27. cerca - in der Nähe
28. cincuenta - fünfzig
29. comprendió - verstanden
30. concluyó – sagte abschließend
31. contra - gegen
32. control - Kontrolle, die
33. controlarse – sich beherrschen
34. crear - erzeugen
35. derramado - verschüttet
36. derrumbó – zerbrach
37. destruir - zerstören
38. dirección - Richtung, die
39. disfrutar - etwas gerne tun
40. disparar - schießen
41. dolor - Schmerz, der
42. elefante - Elefant, der
43. empujar - drücken
44. encima – auf, über
45. enorme - riesig
46. equipo - Team, das
47. escapar - fliehen
48. estaban corriendo - rannten
49. estruendo - Dröhnen, das
50. fábrica - Fabrik, die
51. fueron heridas – wurden verletzt
52. fuerte - stark
53. funcionó - funktionierte
54. golpear - schlagen
55. granja - Farm, die
56. gritó - schrie
57. hacia - zu
58. hasta - bis
59. herido - verletzt
60. hijo - Sohn, der
61. idea - Idee, die
62. increíble - unglaublich
63. insistió - beharrte
64. Khan - Khan
65. levantó – hob hoch
66. ley - Gesetz, das
67. licor - Alkohol, der
68. llegar - erreichen
69. loco - verrückt
70. lomo – Rücken, der
71. masa - Masse, die
72. mató - getötet
73. ministro – Minister, der
74. momento - Moment, der
75. negocios - Geschäft, das
76. oyó - hörte
77. pálido - blass
78. palo - Stock, der
79. papá - Papa, der
80. parientes - Verwandte
81. percibió - bemerkte
82. pidió - fragte
83. preguntó - fragte
84. presionado - gedrückt
85. problema - Problem, das
86. propuse - schlug vor
87. protestó - protestierte
88. refuerzo - Verstärkung, die
89. saltó - sprang
90. seguir - folgen
91. segundo - Sekunde, die
92. sonó - klingelte
93. trompa - Rüssel, der
94. utilizar - nutzen
95. vacío - leer
96. velocidad - Geschwindigkeit, die
97. verja - Tor, das
98. volante - Lenkrad, das
99. volcar - kippten um
De camino hacia el
aeropuerto, Paul se metió en un atasco. Su taxi también se detuvo
allí. Miró a su alrededor y vio, a la derecha, un muro largo y alto
con una gran verja. Sobre la verja ponía Hal Hut.
"¿Qué es eso de la derecha?" preguntó
Paul.
"Es la prisión Hal Hut," dijo el conductor
del taxi, "Y ahí hay una granja de elefantes," señaló a la
izquierda.
Paul miró hacia donde había señalado el
conductor. Vio unos elefantes enormes. Unos cuantos estaban
corriendo por el campo. Levantaron las trompas y
bramaron.
"Algo les pasa a los elefantes," dijo el
conductor. El teléfono de Paul sonó.
"Sí," contestó.
"Paul, soy Andrew. ¿Puedes hablar?" escuchó
Paul.
"Sí, estoy en un taxi, de camino al
aeropuerto," respondió Paul a Andrew.
"Los de la oficina central han pedido que
te ocupes del avión que va a volar al norte de África. Necesitan
toda la información que tengas. Si puedes subir al avión, el
Ministro de Defensa creará un equipo de refuerzo. ¿Qué idiotas de
nuestro país van a estar a bordo?" preguntó
Andrew.
"Dos parientes - un padre y su hijo, los
dos tienen problemas con la ley. Intentaré montar en el avión como
piloto. Te volveré a llamar tan pronto tenga más información," dijo
Paul.
"Comprendido. No te rindas. Norte de África
- eso es más peligroso ahora mismo que nuestros ladrones y
borrachos locales," dijo Andrew.
"De acuerdo. Hasta luego," concluyó Paul.
De repente vio que la gente salía corriedo de los coches parados
que estaban delante de él. El conductor de su taxi también salió de
un salto del coche y escapó. Paul miró hacia adelante y vio que los
elefantes venían corriendo por la izquierda hacia la carretera.
Bramando, corrieron hasta los coches y los volcaron con sus trompas
para dejar libre el camino. A continuación corrieron por la
carretera hacia un camión. Salió rápidamente y vio a dos enormes
elefantes que corrían hacia su taxi. Uno de ellos levantó un taxi
con la trompa y lo volcó. Un hombre llevaba el otro elefante.
Bramando, ese elefante pasó corriendo por delante de Rost. El
hombre gritó fuerte y golpeó al elefante con un palo en el lomo.
Paul le miró a la cara. Por un momento sus ojos se encontraron.
¡Increíble! ¡El hombre que iba sobre el elefante era Peter Ashur!
¡El hombre con el tatuaje "¡No hay tiempo que perder!" sabe cómo
crearse problemas a sí mismo y a los demás. Gritando, dirigió al
elefante hacia el camión que estaba a la derecha del muro de la
prisión. Los demás elefantes le siguieron. Paul percibió un fuerte
olor a alcohol en el aire. Los elefantes corrieron hacia el camión,
levantaron sus trompas y las dejaron caer sobre el camión. Paul se
acercó más para ver mejor. Algo se había derramado alrededor del
camión. Probablemente fuera licor, porque el olor allí era muy
fuerte. Los elefantes bebieron de los barriles del camión. Otros
elefantes, los que venían detrás, no podían llegar a los barriles
porque no había más espacio. Empezaron a golpear y aplastar a los
elefantes que estaban al lado del camión. Estalló una pelea. El
olor del alcohol volvía locos a los elefantes y, bramando, se
golpeaban y empujaban unos a otros. Los que ya habían bebido licor
ya no podían controlarse. Golpeaban y empujaban todo lo que veían.
Toda esta loca masa aplastó y empujó tan fuerte el camión que éste
presionó contra el muro de la cárcel hasta que se derrumbó con un
estruendo. Paul vio unas cuantas celdas. Las personas que había en
ellas miraban horrorizados a los elefantes locos. Ashur saltó del
elefante, corrió hacia allí y gritó: "¡Papá, soy yo, Peter! ¡Salta
hacia aquí!" En ese momento un gran elefante empujó a otro y éste
cayó al lado de Ashur. Ashur quiso esquivarlo, pero cayó al suelo y
el elefante le aplastó la mano. Ashur aulló de dolor. Un hombre
saltó de su celda en el segundo piso y aterrizó justo entre los
elefantes. Durante uno o dos segundos desapareció, y Paul pensó que
los elefantes lo habían matado. Pero después se levantó del suelo y
corrió hacia Ashur. "Hijo mío," gritó, agarró a Ashur y lo arrastró
lejos de los elefantes. Otras personas empezaron a saltar de las
celdas de la cárcel al suelo. Unas cuantas fueron inmediatamente
heridas por los elefantes, pero muchas otras pudieron escapar. Paul
corrió hacia Ashur y le ayudó a su padre a apartarlo. Arrastraron a
Ashur hasta uno de los coches vacíos y se metieron dentro. Paul se
puso al volante y encendió el motor. Los guardas de la prisión
empezaron a salir a través de la verja. Comenzaron a disparar a la
gente que escapaba de la cárcel y a los elefantes. Paul pisó el
acelerador y el coche se puso en marcha. Condujo por el arcén hasta
el lugar en que acababa el atasco. Después volvió a la carretera y
circuló por ella a gran velocidad. Miró para Ashur. Tenía los ojos
cerrados. El brazo herido estaba presionado contra su cuerpo. Su
anciano padre le acariciaba la cabeza y repetía: "Hijo mío… hijo
mío... "
Ashur abrió los ojos y
miró a su alrededor. Una vez más se encontró con la mirada de
Paul.
"Doscientos mil no es dinero suficiente
para correr entre elefantes borrachos y llevar un avión al norte de
África," protestó Paul, "¡Déme la mitad del dinero!"
pidió.
"Es usted un buen tipo, Paul. Por eso voy a
añadir otros cincuenta mil, así tendrá doscientos cincuenta mil,"
ofreció Ashur.
Paul lo miró. La cara de Peter Ashur estaba
muy pálida. Estaba claro que tenía mucho dolor.
"Trescientos cincuenta mil o voy directo a
la policía, Peter," insistió Paul.
"Disfruto haciendo negocios con usted,"
aceptó Ashur. "De acuerdo. Tenemos que recoger las maletas con el
dinero en un aparcamiento. El avión sale a las cinco del aeropuerto
Arena 1. Deberíamos estar allí a las cuatro. Yo le indicaré," dijo.
El teléfono de Paul sonó en su bolsillo. Paul lo sacó, miró la
pantalla y lo apagó.
"En cualquier caso, ¿quién le aconsejó que
utilizara a los elefantes?" preguntó Paul.
"El año pasado, los elefantes atacaron una
fábrica de licor," dijo el padre de Ashur. "La fábrica estaba cerca
de la cárcel. Bebieron mucho licor y destruyeron todo lo que
encontraron. Por eso le propuse a Peter la idea de usar elefantes
borrachos. Y funcionó, ¿verdad?" sonrió.
"Sí, el arma de Khan todavía funciona bien
con los muros," dijo Paul, y volvió a meterse el teléfono en el
bolsillo.
Die Waffe der Khans
Auf dem Weg zum Flughafen kam Paul in einen Stau. Das Taxi blieb auch im Stau stehen. Er sah sich um und sah eine lange, hohe Mauer mit einem großen Tor rechts von ihm. Über dem Tor stand Hal Hut.
„Was ist das rechts von uns?“, fragte Paul.
„Das ist das Hal Hut Gefängnis“, sagte der Taxifahrer. „Und das ist eine Elefantenfarm“, er zeigte nach links.
Paul schaute dorthin, wohin der Fahrer gezeigt hatte. Er sah dort große Elefanten. Einige Elefanten rannten über ein Feld. Sie hoben ihre Rüssel und trompeteten.
„Etwas stimmt mit den Elefanten nicht“, sagte der Fahrer. Pauls Handy klingelte.
„Ja“, antwortete er.
„Paul, hier ist Andrew. Kannst du sprechen?“, hörte Paul.
„Ja, ich bin in einem Taxi, auf dem Weg zum Flughafen“, antwortete Paul Andrew.
„Die Leute aus der Zentrale wollen dich bitten, dass du dich um das Flugzeug kümmerst, dass nach Nordafrika fliegen soll. Sie brauchen alle Informationen, die du hast. Wenn du es schaffst in das Flugzeug zu kommen, wird das Verteidigungsministerium ein Verstärkungsteam zusammenstellen. Welche Idioten aus unserem Land werden dabei sein?“, fragte Andrew.
„Zwei Verwandte - ein Vater und sein Sohn, beide haben Schwierigkeiten mit dem Gesetz. Ich werde versuchen als Pilot in das Flugzeug zu kommen. Ich rufe dich an sobald ich mehr Informationen habe“, sagte Paul.
„Verstanden. Halt’ durch! Nordafrika - das ist viel ernster als unsere örtlichen Diebe und Betrunkenen“, sagte Andrew.
„In Ordnung. Bis bald“, sagte Paul abschließend. Er sah plötzlich, dass die Leute aus den geparkten Autos vor ihm ausstiegen und wegrannten. Sein Taxifahrer sprang auch aus dem Auto und rannte weg. Paul schaute nach vorne und sah, dass die Elefanten von links auf die Straße rannten. Trompetend rannten sie zu den Autos und kippten sie mit ihren Rüsseln um, um den Weg freizumachen. Dann rannten sie über die Straße, genau auf einen Lastwagen zu. Paul stieg schnell aus und sah, dass zwei Elefanten auf das Taxi zu rannten. Einer von ihnen hob ein Taxi mit seinem Rüssel hoch und kippte es um. Ein Mann ritt auf dem anderen Elefanten. Trompetend rannte der Elefant an Rost vorbei. Ein Mann schrie laut und schlug den Elefanten mit einem Stock auf den Rücken. Paul schaute sich sein Gesicht an. Einen kurzen Moment lang trafen sich ihre Augen. Unglaublich! Der Mann auf dem Rücken des Elefanten war Peter Ashur! Der Mann mit dem Tattoo ‚Keine Zeit zu verlieren!’, wusste wie man sich selbst und andere in Schwierigkeiten bringt. Mit seinem Geschrei führte er den Elefanten zu dem Lastwagen, der rechts von der Gefängnismauer stand. Die anderen Elefanten folgen ihm. Paul roch einen starken Geruch nach Alkohol, der die Luft erfüllte. Die Elefanten rannten zu dem Lastwagen, hoben ihre Rüssel und senkten sie in den Lastwagen. Paul rannte näher, um besser sehen zu können. Etwas war um den Lastwagen herum verschüttet. Wahrscheinlich war es Alkohol, da es einen sehr starken Geruch hatte. Die Elefanten tranken aus den Fässern auf dem Lastwagen. Andere Elefanten, die von hinten angelaufen kamen, konnten die Fässer nicht erreichen, weil es keinen Platz mehr gab. Sie fingen an, die Elefanten, die in der Nähe des Lastwagens waren, zu schlagen und zu zerquetschen. Ein Feuer brach aus. Der Geruch von Alkohol machte die Elefanten wahnsinnig und trompetend schlugen und stießen sie sich gegenseitig. Die Elefanten, die bereits Alkohol getrunken hatten, konnten sich nicht länger kontrollieren. Sie schlugen und stießen alles, was sich in Sichtweite befand. Die ganze verrückte Masse quetschte und stieß den Lastwagen so fest, dass er gegen die Gefängnismauer gedrückt wurde und mit einem lauten Geräusch zerbrach. Paul sah einige der Gefängniszellen. Die Menschen blickten mit Entsetzen auf die verrückten Elefanten. Ashur sprang von dem Elefant, rannte hin und schrie: „Papa, ich bin’s, Peter! Spring hier her!“ In diesem Moment stieß ein großer Elefant einen anderen und dieser stürzte neben Ashur. Ashur wollte zurückspringen, aber er fiel zu Boden und der Elefant zerquetschte seine Hand. Ashur schrie vor Schmerzen. Ein Mann sprang aus seiner Gefängniszelle im zweiten Stock und landete genau zwischen den Elefanten. Er verschwand eine oder zwei Sekunden lang und Paul dachte, dass die Elefanten ihn getötet hätten. Aber dann stand er auf und rannte zu Ashur. „Mein Sohn“, schrie er, packte Ashur und zog ihn von den Elefanten weg. Andere Leute begannen, aus ihren Gefängniszellen auf den Boden zu springen. Einige von ihnen wurden sofort von den Elefanten verletzt. Aber viele konnten fliehen. Paul rannte zu Ashur und half dessen Vater Ashur wegzuziehen. Sie zogen Ashur zu einem der leeren Autos. Sie stiegen ein. Paul setzte sich hinter das Lenkrad und startete den Motor. Gefängniswärter kamen aus dem Gefängnistor gerannt. Sie begannen auf die Leute, die aus dem Gefängnis liefen, und auf die Elefanten zu schießen. Paul stieg aufs Gas und das Auto raste davon. Er fuhr neben der Straße entlang bis dorthin, wo der Stau endete. Er kehrte auf die Straße zurück und fuhr die Straße in hoher Geschwindigkeit entlang. Er schaute Ashur an. Seine Augen waren geschlossen. Der verletzte Arm war gegen den Körper gedrückt. Sein alter Vater streichelte seinen Kopf und wiederholte: „Mein Sohn... mein Sohn...“
Ashur öffnete die Augen und sah sich um. Einmal mehr traf sich sein Blick mit dem Blick Pauls.
„Zweihunderttausend ist nicht genug Geld um zwischen betrunkenen Elefanten zu laufen und ein Flugzeug nach Nordafrika zu fliegen“, protestierte Paul. „Gib’ mir doppelt so viel Geld!“, forderte er.
„Du bist ein guter Typ, Paul. Deshalb werde ich fünfzigtausend drauflegen, also wirst du zweihundertfünfzigtausend bekommen“, bot Ashur an.
Paul schaute ihn an. Peter Ashurs Gesicht war sehr bleich. Es war klar, dass er große Schmerzen hatte.
„Dreihundertfünfzigtausend, oder wir fahren direkt zur Polizei, Peter“, beharrte Paul.
„Ich mache gerne Geschäfte mit dir“, stimmte Ashur zu. „Ich bin einverstanden. Wir müssen die Koffer mit dem Geld von einem Parkplatz abholen. Das Flugzeug fliegt um fünf Uhr vom Flughafen Arena 1. Wir sollten um vier Uhr dort sein. Ich werde dir den Weg zeigen“, sagte er. Pauls Handy läutete in seiner Jackentasche. Er nahm es heraus, schaute auf den Bildschirm und schaltete es aus.
„Wer hat dir übrigens geraten, die Elefanten zu nutzen?“, fragte Paul nach.
„Letztes Jahr haben die Elefanten eine Alkoholfabrik attackiert“, sagte Ashurs Vater. „Die Fabrik war in der Nähe des Gefängnisses. Sie haben viel Alkohol getrunken und alles in Sichtweite zerstört. Deshalb habe ich Peter vorgeschlagen, betrunkene Elefanten zu verwenden. Und es hat funktioniert, nicht wahr?“, er lächelte.
„Ja, die Waffe der Khans funktioniert immer noch gut gegen Mauern“, sagte Paul und steckte das Handy zurück in seine Jackentasche.
Repaso de Nuevo Vocabulario
1
- ¿Podrías decirme si hoy es sábado o domingo?
- Creo que hoy es sábado. No estoy seguro.
- ¿Sabes qué hora es?
- Lo comprobaré en mi teléfono. Las seis menos cinco.
- Gracias. En cualquier caso, ¿hace frío fuera?
- No hace frío pero hace viento. Probablemente más tarde haga frío.
2
- Mira, este hombre está corriendo por el aparcamiento como un loco. Seguramente no encuentra su coche.
- Acaba de robar un banco. Y también le robaron su coche.
3
- Señor, ¿por qué está tan pálido? ¿Le duele algo? ¿Se encuentra mal?
- Me duele que este hombre pueda comprarse un coche nuevo.
4
- Dice que tiene problemas con la ley.
- ¿De veras? ¿A qué se dedica?
- Lame culos de sapo ilegalmente.
- ¿Va eso contra la ley?
- Sí, va contra la ley.
5
- ¡Mira! ¡Hay un atasco en la carretera!
- ¿Qué ocurrió?
- Un conductor borracho conducía a alta velocidad e hirió a varias personas que estaban en la parada del bus.
- ¡Deberían matar a los conductores borrachos!
- ¡Yo también lo creo!
6
- La policía liberó la carretera. Ahora ya no hay atasco y podemos circular.
- ¿Y dónde está el conductor borracho que hirió a la gente que estaba en la parada del bus?
- Los familiares de los heridos, locos de rabia, querían matarlo. Por eso la policía se lo llevó a la cárcel.
- Espero que no salga nunca de allí. Es un asqueroso rufián.
7
- El Ministro de Defensa compra un montón de armas cada año.
- Las armas son necesarias para la defensa nacional.
- Sí, pero creo que debería dar la mitad del dinero a los hospitales.
Wiederholung des Neuen Vokabulars
1
- Könnten Sie mir sagen, ob heute Samstag oder Sonntag ist?
- Ich glaube, heute ist Samstag. Ich bin mir nicht sicher.
- Wissen Sie wie spät es ist?
- Ich werde auf meinem Telefon nachsehen. Es ist fünf vor sechs.
- Danke. Übrigens, ist es draußen kalt?
- Es ist nicht kalt, aber windig. Später wird es wahrscheinlich kalt werden.
2
- Schau, dieser Mann rennt wie ein Verrückter auf dem Parkplatz herum. Er kann wahrscheinlich sein Auto nicht finden.
- Er hat gerade eine Bank ausgeraubt. Und sein Auto wurde auch gestohlen.
3
- Warum sind Sie so blass? Haben Sie Schmerzen? Fühlen Sie sich krank?
- Es tut mir weh, zu sehen, wie dieser Mann sich ein neues Auto kauft.
4
- Sie sagen, dass er Schwierigkeiten mit dem Gesetz hat.
- Wirklich? Was macht er?
- Er leckt illegal Hintern von Kröten ab.
- Verstößt das gegen das Gesetz?
- Ja, das verstößt gegen das Gesetz.
5
- Schau! Da ist ein Stau auf der Straße.
- Was ist passiert?
- Ein betrunkener Fahrer ist auf den Randstein gefahren und hat mehrere Leute an der Bushaltestelle verletzt.
- Betrunkene Fahrer sollten getötet werden!
- Das finde ich auch!
6
- Die Polizei hat die Straße geräumt. Es gibt keinen Stau mehr und wir können fahren.
- Und wo ist der betrunkene Fahrer, der die Leute an der Bushaltestelle verletzt hat?
- Familienmitglieder der Verletzten, verrückt vor Leid, wollen ihn hinrichten. Deshalb hat ihn die Polizei ins Gefängnis gebracht.
- Ich hoffe, er kommt dort nie heraus. Er ist ein widerlicher Schurke.
7
- Das Verteidigungsministerium kauft jedes Jahr viele Waffen.
- Die Waffen sind wichtig für die nationale Verteidigung.
- Ja, aber ich glaube, dass Spitäler die Hälfte des Geldes bekommen sollten.