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Cómo encontrar la(s) pareja(s) perfecta(s) — El cuestionario de la pareja

Basándonos en su archivo de datos personales, Sr. Roca, aquí tenemos la foto de su pareja perfecta…

Decidí casarme con ella. El noviazgo sería una mera formalidad. Pero ¿qué podía decirle para empezar a salir con ella? «¿Quieres un chicle?». Parecía demasiado infantil. «Eh, nena», era un saludo demasiado vulgar para mi futura esposa. «¡Te quiero! ¡Ardo de pasión!», era demasiado atrevido. «Quiero que seas la madre de mis hijos», parecía algo prematuro. De modo que no le dije nada. Eso es: nada. Me senté y no dije nada. Al rato, el autobús llegó a su parada, ella bajó y no la volví a ver jamás.

Cómo empiezan la mayoría de relaciones

Para la mayoría, las relaciones empiezan por casualidad. Si bien cada vez hay más gente que se conoce a través de agencias matrimoniales e Internet, la mitad de nosotros nos topamos con potenciales parejas en el transcurso de nuestro trabajo y el resto las conocemos en bares, pubs, discotecas, barbacoas y citas a ciegas. La mayoría de nosotros encontramos a nuestra pareja por casualidad, sin planearlo o sin pretenderlo. Aun así, nos preguntamos por qué son tan altas las tasas de divorcio.

Si usted fuera el director de Recursos Humanos de una empresa y tuviera que contratar a un ejecutivo experimentado, le pediría un CV, un informe médico, un certificado de su estado de cuentas, un certificado de antecedentes penales y referencias de sus anteriores trabajos. ¿Verdad que si hubiera estado en la cárcel o fuera un asesino en serie, no lo querría? Pues, entonces, ¿por qué iba a empezar una relación con alguien a quien ha conocido en un bar o una discoteca y de quien no sabe nada de nada? Pues así es como la mayoría empezamos nuestras relaciones: por casualidad. Durante el primer año de una nueva relación, la gente se esfuerza por minimizar sus puntos negativos y enfatizar los positivos, por lo que durante mucho tiempo no saben realmente con quién están.

La persona perfecta para usted es aquélla con la que no tiene la menor duda de que quiere pasar definitivamente toda su vida. No hay ninguna prisa. La edad ya no es un problema, y hay mucha gente disponible entre la que puede elegir.

Cada relación es un ejercicio de aprendizaje y un paso más hacia su pareja ideal.

Cuando se trata de escoger una pareja a largo plazo, el buen juicio es mucho más útil que las emociones y los sentimientos. Como hemos dicho, el amor incipiente se basa en una combinación de sustancias químicas cerebrales cuya función es empujarle a la reproducción sin tener en cuenta, o teniendo muy poco en cuenta, si esa persona le conviene o no. Cualquier decisión significativa que usted tome en relación a una pareja debería basarse concienzudamente en si se ajustarán para formar una buena pareja. Un mal ajuste puede traer graves consecuencias y amargarle la vida. La mejor forma de buscar una pareja para toda la vida es enfocar la búsqueda como si se tratara de una entrevista de trabajo para contratar a un alto ejecutivo. ¿Por qué debería dejar que un completo extraño le cambie la vida sólo porque usted ha experimentado una sobredosis de hormonas?

Encontrar la pareja adecuada

Encontrar la pareja adecuada depende totalmente de dos cosas:

  1. Saber exactamente qué quiere de una pareja.
  2. Ser capaz de aportarle a cambio lo que ella quiere.

Como ya ha descubierto, las mujeres primitivas querían obtener recursos de los hombres. En consecuencia, los hombres evolucionaron para acumular recursos o poder, o ambas cosas a la vez. Los hombres primitivos buscaban en las mujeres la capacidad de reproducirse, motivo por el cual las mujeres han evolucionado con el objetivo de hacer todo lo necesario para parecer jóvenes, sanas y fértiles. Consciente y subconscientemente, los hombres y las mujeres saben lo que quiere el sexo opuesto. Del mismo modo que el pescador agita su anzuelo para atraer a los peces, los hombres y las mujeres hacen todo lo necesario para atraer a una posible pareja.

Las mujeres provocan a los hombres ofreciéndoles sexo; los hombres provocan a las mujeres ofreciéndoles recursos.

Es en este punto donde las actuales generaciones de jóvenes se encuentran confusas. Las mujeres jóvenes han sufrido un lavado de cerebro que les hace creer que, como se supone que ahora hombres y mujeres son iguales, los hombres de hoy en día quieren historias románticas con largos noviazgos, juegos preliminares, conversaciones sobre sentimientos y juegos eróticos. La verdad es que los hombres del siglo XXI están programados para desear exactamente lo mismo que sus antepasados: el mayor sexo posible, con la mayor variedad y lo antes posible.

Los hombres con experiencia que comprenden las necesidades básicas de las mujeres participarán en las rutinas románticas y de cortejo para obtener lo que quieren, pero cuanto más elevada es la posición del hombre, menos tiempo está dispuesto a invertir en ello. Si a Brad Pitt podría llevarle menos de media hora acostarse con una mujer atractiva, el cajero del banco local podría necesitar seis meses de cortejo.

Valores y creencias fundamentales

Si bien los recursos del hombre y la salud y juventud de la mujer son las motivaciones inicialmente programadas para la atracción del sexo opuesto, todos los estudios sobre lo que hace que las relaciones sean duraderas han llegado a la misma conclusión: las que lo consiguen lo hacen porque ambos tienen una misma, o muy similar, escala de valores y creencias fundamentales.

Las parejas que perduran tienen unos valores y creencias iguales o muy parecidos.

Los valores fundamentales son:

  1. Disposición para criar a los hijos y exigirles disciplina.
  2. La división de las tareas y responsabilidades domésticas.
  3. Economía: cómo, cuándo y en qué se gasta el dinero.
  4. Reglas de limpieza y convivencia.
  5. Aspecto social y familiar: implicación, actividades y frecuencia.
  6. Sexo e intimidad: quién necesita qué y qué se le dará.

Las creencias fundamentales son:

  1. Espirituales y religiosas.
  2. Éticas y morales.
  3. Políticas y culturales.

La pareja compatible no existe. La mayoría de parejas discrepan en las mismas cosas: dinero, sexo, hijos y tiempo. El éxito de una relación a largo plazo se basa en la química, en unos valores y creencias similares, y en cómo se superan las diferencias. Usted es quien crea la compatibilidad. Recuerde que tras uno o dos años, el subidón de hormonas del amor remite en la mayoría de la gente y lo que mantiene a la pareja unida pasa a ser un conjunto de valores y creencias similares. Cuando se conoce a una persona nueva, se suele mostrar el mejor comportamiento durante cerca de un año, de modo que llegar a conocer los verdaderos valores y creencias de alguien lleva mucho tiempo.

He aquí tres preguntas simples para analizar a la posible pareja adecuada en los primeros estadios de una nueva relación:

  1. ¿Cuáles son sus valores fundamentales? ¿Cómo trata la persona a los demás, a amigos, parientes, compañeros de trabajo? ¿Es una persona atenta, amable y afectuosa? Como trate esa persona a un perro o al camarero de un restaurante es como le tratará a usted.
  2. ¿Qué dicen sus actos? Una persona puede decirle lo que sea, pero sus actos le revelarán a la persona real. Si le dice que usted es la única persona de su vida pero pasa más tiempo con sus amigos, sus actos están revelando la verdad.
  3. ¿Qué piensan sus amigos? Aunque usted tenga la última palabra, sus amigos íntimos pueden ver cosas que el que está perdida y ciegamente enamorado no ve. Los amigos pueden ayudarle a ser objetivo con la realidad.

Los cinco errores más comunes en las «nuevas relaciones»

La mayoría se identificará con lo que hemos escrito porque la mayoría de nosotros hemos juzgado erróneamente a nuestra pareja en algún momento de nuestra vida.

Error n.º 1: escoger con las hormonas

Cuando alguien se «enamora locamente», toma decisiones basándose en lo que siente en ese momento, y no en si esa pareja le conviene a largo plazo. Como se expuso en el capítulo 1, en los estadios de deseo/amor romántico, el cerebro se inunda de hormonas, creando un efecto parecido al de las drogas. Si siente que está a punto de comprometerse con alguien porque siente «algo magnético hacia esa persona… una sensación mágica que no puede describir», dese una ducha fría y vuelva a leerse el capítulo 1. Le están hablando las hormonas, no el cerebro. Por supuesto, puede aprovechar la emoción del nuevo amor, pero tenga muy presente que para decidir nada que pueda afectar a su futuro tendrá que dejar pasar un tiempo.

Error n.º 2: negación de problemas

Quizá se niegue a sí mismo que la persona tiene problemas que usted ha visto o se niegue a escuchar de boca de otros los defectos de su amante. Puede que se centre en sus puntos positivos y le vea sólo como usted quiere verle. Debería emplear la información que recibe sobre esa persona para tomar una decisión inteligente y consciente.

Error n.º 3: escoger a gente necesitada

Es cuando atrae a alguien que dice que le necesita y usted se pasa el tiempo «allí» para esa persona, tratando constantemente de controlar sus neurosis. Al final, usted se cansará de esto y buscará a otra persona. Por el contrario, si es usted el necesitado, porque acaba de sufrir una ruptura, un divorcio o una separación, eso le convierte en firme candidato a actuar por despecho. Dese tiempo (el 10% de lo que duró de su relación anterior) para pasar el período de duelo. Después busque a alguien que quiera estar con usted, no a alguien que sólo le necesite.

Error n.º 4: ser conformista

Cuando usted se pasa el tiempo intentando evitar a toda costa cualquier tipo de desavenencia con su nuevo amor, tratando de hacerle feliz y de no decir o hacer nada que pueda molestarle. Entonces, se convierte en una persona de «sí, señor», pero la gente no respeta a los «sí, señor». Siendo pasivo y conformista, podría ir acumulando rabia y resentimiento en su interior a la vez que daría a entender a su pareja que o bien no tiene sentimientos o que éstos no cuentan para nada. En consecuencia, quedaría expuesto al maltrato emocional. Para tener una idea realista de cómo es realmente su nuevo amor, tendrá que tener al menos dos o tres buenas discusiones.

Error n.º 5: escoger una pareja a la que cree que podrá cambiar

«Ya sé que tiene un mal historial de relaciones, pero cuando esté conmigo, será diferente. Cambiará». Pues… no, no cambiará. Quienes creen que pueden cambiar a alguien o que alguien será diferente por ellos lo único que van a conseguir es una mala vida. Muchas mujeres creen que el poder mágico del amor creará un nuevo hombre ante sus propios ojos, pero lo que suele pasar es que su nueva pareja simplemente reproduce sus malos hábitos en la nueva relación. Normalmente no ocurre hasta pasado bastante tiempo, porque en los primeros estadios de amor romántico, la mayoría de gente muestra su mejor lado y oculta sus malos hábitos.

La duración media de los matrimonios en 2007 era de 12 años.

La puntuación como pareja

Cada persona tiene una nota, su puntuación como pareja, que suele ser un número entre el cero y el diez. Es una manera de medir lo deseable que resulta cada uno de nosotros en el mercado del emparejamiento en un momento concreto. Ya sea consciente o inconscientemente, todos puntuamos a los demás con estos parámetros, y lo hacemos con todas las personas que vemos o conocemos. La puntuación se basa en las características que hombres y mujeres desean de sus parejas.

Cuando vemos a una pareja en un restaurante o paseando por la calle, puntuamos a ambos sexos en una escala de diez y después decidimos si es una pareja equilibrada. Evaluamos si es una relación mutuamente beneficiosa y si deben de estar obteniendo lo que quieren de esa relación. En pocas palabras, si nos parece que hacen buena pareja. Evaluamos su apariencia, su atractivo, su silueta, su simetría, sus recursos, su belleza, etcétera.

Por ejemplo, a Brad Pitt y a Angelina Jolie la mayoría de gente les daría un diez, porque ambos parecen tenerlo todo: dinero, fama, poder y atractivo. Ambos tienen la misma puntuación. En cambio, con otras parejas, sacudimos la cabeza y no comprendemos qué ve el uno en el otro, ni cómo puede funcionar su relación. Pensamos: «Ese tipo merece algo mejor» o «Esa chica debe de estar desesperada».

Si tuviéramos la oportunidad de hablar con la pareja y conocerlos mejor, podríamos aumentar o recortar la puntuación de sus integrantes. Si son ricos, divertidos, amables o inteligentes, aumentaríamos su puntuación, mientras que si son desagradables, calculadores, aburridos o pobres, la puntuación disminuiría.

Los pingüinos se aparean para toda la vida, cosa que no me sorprende demasiado, porque todos parecen iguales. No creo que cualquier día vayan a encontrar otro pingüino más guapo.

Ellen DeGeneres

Todos los estudios sobre emparejamiento humano coinciden en que cada uno de nosotros tiene su mejor opción para tener una buena relación a largo plazo con una persona con nuestra misma puntuación de pareja. Por ejemplo, para una persona que tiene un siete, encontrará su mejor oportunidad de tener una buena relación de largo recorrido con otra persona que también tenga un siete. La gente puede fantasear con Kylie Minogue o Brad Pitt, pero solemos acabar con una pareja como nosotros mismos, y si los valores y creencias de esa pareja coinciden con los nuestros y también hay química, probablemente conseguiremos una pareja perfecta. Los problemas en las relaciones aparecen cuando la puntuación de pareja de uno de los dos miembros cambia. Por ejemplo, el hombre aumenta sus recursos con un gran ascenso en el trabajo o ganando la lotería y pasa de tener un siete a tener un ocho y medio. O la mujer pierde puntos por no cuidarse o haber ganado peso, bajando, por ejemplo, al cinco. Entonces, él se vuelve crítico con ella y ella comienza a sobreactuar para tratar de cubrir la distancia que les separa.