El ambiente cuenta, y mucho

Un buen punto de partida del encuentro sexual es conseguir que el espacio sea estimulante. Se trata de convocar la sensualidad, para que ésta sea protagonista en todo momento. Por supuesto que, de acuerdo con las preferencias y la sensibilidad de los amantes, los juegos preliminares se desarrollarán en ambientes que respondan a los gustos que estimulen a la pareja.

Dentro del juego de insinuaciones provocativas, compuesto por diversos detalles, es posible citar algunos especialmente eficaces:

missing image file   Una cena o comida para dos en un ambiente íntimo.

missing image file   Oír una suave melodía y bailar al compás de ella si eso apetece.

missing image file   Intercambiar besos apasionados hasta perder la noción del tiempo.

missing image file   Tomar un voluptuoso baño compartido.

Son sólo algunas de las muchas posibilidades que crearán el hechizo que luego acercará a los amantes al disfrute. Pero no debes quedarte ahí, sino que debéis explorar todas las posibilidades que dan los diferentes sentidos, experimentar, pues, con la luz, los olores y los sonidos. (Sobre la importancia del juego de los sentidos, puedes repasar el capítulo 6.)

Destellos de luz y color

ideaseductora.pngCon su poder envolvente, la luz tiene siempre un efecto incitante, aunque no hay más reglas que las que deseen imponer los protagonistas:

missing image file   Iluminar de manera intensa o velada.

missing image file   Penumbra total.

missing image file   Luz tenue que emane de algunas velas aromáticas que enciendan los sentidos.

missing image file   Alumbrar el ambiente como se desee.

El color predominante en la habitación, la textura de los tapizados o de las sábanas, las alfombras, las cortinas, todo influye sobre los sentidos en la escena del placer. Sin embargo, conviene que, en la medida de lo posible, la preparación del entorno sea acorde con los gustos de la pareja; de lo contrario, el resultado podría llegar a ser contraproducente.

Efectos que llaman a la sensualidad

Las terapias vibracionales trabajan con la luz, los colores y los aromas, y se basan en el efecto que generan estos elementos en el equilibrio psicofísico de las personas. Ciertos tonos y esencias, así como determinadas intensidades de luz, inducen sinergias que propician la sensualidad. De modo que el simple gesto de encender en el lugar donde se encuentren los amantes coloridas velas, aromatizadas además con perfumes de propiedades afrodisíacas, crea un ambiente especial, que invita a dejar en libertad el instinto natural.

Las distintas frecuencias de las vibraciones actúan directamente sobre las emociones, estimulando y potenciando los campos energéticos del organismo, lo que se traduce en reacciones físicas precisas. Es decir, que si escoges velas de color verde y con perfume a lavanda, obtendrás un ambiente sereno y relajante y reacciones físicas del mismo tipo, mientras que si prefieres la gama de los rojos y aromas penetrantes como el pachulí, estarás propiciando la pasión erótica.

recuerda.jpegEstá absolutamente comprobado que el sentido del olfato recibe el efecto afrodisíaco que emiten ciertos perfumes, ya sea de plantas naturales o después de haber sido creados y procesados químicamente, lo que provoca percepciones sensuales directas.

Velas e incienso

Iluminarse únicamente con luz de velas le da al ambiente una cualidad singular, desdibujando las aristas de los objetos y las siluetas; así, los ojos perciben el cuerpo de la pareja como si ésta estuviera envuelta en un halo mágico.

En el mercado es posible hallar velas de diversos formatos que ya están perfumadas con esencias afrodisíacas. Pero, si lo prefieres, conseguirás el mismo resultado si untas cualquier tipo de vela, sin olor, con aceites esenciales aromáticos, de los que hay una inmensa variedad. Una vez que hayas enriquecido así las velas, sólo hace falta que las enciendas, para que al calor de la llama se libere el aroma de las propiedades que has escogido.

Efectos similares se consiguen perfumando el ambiente con incienso, en forma de varillas, conos, polvo u otras presentaciones y aromatizado con una gama inmensa de fragancias. Hay algunos que son ideales para generar una atmósfera sensual:

missing image file   El de vainilla, que aviva el deseo masculino.

missing image file   El de jazmín, cuyos efluvios erotizan a las mujeres.

Las personas de ambos sexos son muy sensibles a los aromas del pachulí o el sándalo, que crean un ambiente fascinante.

ideaseductora.png Cálidas travesuras en el cuerpo

El cuerpo humano tiene una temperatura natural, de manera que la piel, sometida al calor, experimenta incitantes reacciones, sobre todo en ciertos puntos de especial sensibilidad. Algunos de ellos son el cuello, la espalda, el vientre o el ombligo; y, sobre todo, los pezones, que tienen un nivel tan alto de reacción que, al notar el calor, registran sensaciones que se desplazan hacia el cuerpo entero.

El juego es sencillo y consiste en dejar caer gotas de cera de una vela encendida sobre un punto preciso; debes hacerlo desde cierta distancia para no quemar la piel, pero el calor debe llegar al cuerpo desnudo del amante. Con las gotas puedes dibujar tatuajes efímeros, arabescos, figuras, o todo aquello que en ese momento desees.

Hay velas que se elaboran con distintos tipos de ceras y no todas funden a la misma temperatura. Es importante que tengas esto presente y saber con certeza el tipo de vela que vas a usar en tus juegos, para no correr el riesgo de provocar quemaduras.

Las velas de parafina, aunque resultan muy accesibles por su precio bajo, suelen generar lesiones. Son mejores las de cera, que funden muy despacio.

No obstante, para tener total seguridad, es conveniente que te informes acerca de las características de las velas que compres y que lo hagas en una tienda especializada.

El oído se deja mimar

El erotismo tiene su propia voz, como bien saben los amantes. Los susurros, gemidos e incluso los gritos que, al sentirse excitados, surgen de las gargantas cuando se intercambian estímulos o durante el coito, son extraordinariamente erógenos, ya que potencian las sensaciones, al oír los sonidos que expresa el goce que está sintiendo la pareja.

Pero, además, la música y, sobre todo, ciertos temas musicales según las preferencias personales “crean ambiente”. Y aunque su destinatario directo es el sentido del oído, se trasladan al resto del cuerpo, y generan un claro eco emocional y sensual.

Es frecuente que se diga que una melodía conmueve, estremece, alegra o excita. Asimismo, muchas parejas tienen afición por algún tema musical que consideran “propio”, porque evoca momentos compartidos y, cuando vuelven a oírlo, retornan los sentimientos originales percibidos la primera vez que lo escucharon, en “aquella” ocasión tan significativa para ellos.

Kama-sutra para dummies
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