El gran secreto, gozar al unísono
El coito no tiene por qué seguir un compás ni un ritmo definidos. Depende de lo que en cada momento desees tú y tu pareja, de modo que puede adquirir diversas cadencias en uno u otro encuentro sexual, e incluso en el mismo, por ejemplo, variar el ritmo de suave y superficial hasta profundo y violento. Una armoniosa comunicación y un perfecto acoplamiento de los cuerpos entre amantes es una de las maneras de lograr que la cadencia de la cópula sea acompasada, según os produzca más placer a ambos. Y no es difícil de conseguir si ambos estáis pendientes del grado de excitación de la pareja.
Es una cuestión de sensibilidad, que no es privativa del hombre ni de la mujer, sino que está asociada a características de la personalidad. Hay personas más rudas y otras más delicadas; algunas son serenas y otras inquietas; unas disfrutan con la intensidad y otras con la suavidad.
Como en todos los aspectos de la vida, una pareja debe acoplarse también en el aspecto sexual, para que si algo no sale bien del todo, ninguno se sienta responsable ni le eche las culpas al otro. Por lo tanto, si, por ejemplo, la mujer prefiere los embates intensos y continuos, pero su amante disfruta penetrándola lenta y cadenciosamente, existe la posibilidad de que ella controle su ímpetu en los primeros momentos del coito y se deje llevar y acelere el ritmo cuando se acerquen al orgasmo.