Lo que salta a la vista

Por fuera, en el interior de los muslos, entre el pubis y el perineo, está la vulva, que no es visible. El vello púbico, a su vez, esconde los labios mayores y menores, el clítoris y la entrada de la vagina. Esta disposición, evidentemente, contribuye al desconocimiento que las mujeres tienen incluso de sus genitales externos; si es tu caso, ha llegado el momento de revertir esa situación. Un buen comienzo es aceptarlos como parte de tu cuerpo, sin falsos pudores ni temor al rechazo.

A continuación, voy a hablarte de aquellas partes que están a la vista. En concreto, voy a detenerme en:

missing image file   El pubis.

missing image file   Los labios mayores.

missing image file   Los labios menores.

missing image file   La abertura vaginal y uretral.

missing image file   El clítoris.

missing image file   Los senos.

¿Empezamos?

El pubis

Lo primero que se ve es el pubis, también llamado monte de Venus, en honor a la diosa romana del amor, conformado por un tejido graso y blando que cubre el hueso pélvico. La zona está nutrida por hormonas femeninas como el estrógeno, que es lo que le otorga su aspecto abultado.

Tiene forma de triángulo con el vértice invertido y se extiende hasta el perineo, cuyo límite es el orificio anal. Está recubierto de vello que en algunas mujeres es rizado, y en otras lacio; puede ser escaso o tupido, con una tonalidad que varía, dependiendo del color del pelo y la piel de cada una.

El vello que recubre el monte de Venus y los labios mayores de la vulva tiene la función de proteger la delicada anatomía de los genitales femeninos. Por lo general, el pubis actúa como una superficie acolchada entre los huesos pelvianos de la pareja durante el coito, si la penetración se produce de frente.

paramujeres.pngEl pubis es una de las zonas sensualmente más atractivas del cuerpo femenino. Hay mujeres que prefieren mantener el vello que lo recubre natural, tal como es; otras, porque les resulta más cómodo o por razones estéticas, lo depilan enteramente o dándole diversas formas, e incluso lo tiñen del color que prefieren. En ocasiones, estas opciones se ven influenciadas por los gustos de sus parejas.

Los labios mayores

Los labios mayores son dos pliegues carnosos de piel semejante a la del resto del cuerpo, donde se ubican diversas glándulas y folículos pilosos, aunque a veces son más parecidos a pequeños montículos que a pliegues. Su tamaño es de aproximadamente 7 u 8 centímetros de longitud, y limitan y definen la vulva, a la vez que protegen las vulnerables estructuras que se encuentran en su interior.

La zona anterior de estos labios suele ser más ancha que la posterior, ya que se van estrechando hasta fundirse con el perineo. En algunas mujeres no tienen el mismo tono que la parte del cuerpo que está a su alrededor, y su tejido puede ser tanto liso como rugoso, a la vista y al tacto. Durante la excitación sexual los labios mayores, a veces, adquieren una intensa tonalidad rojiza, por la afluencia de flujo sanguíneo hacia ellos.

Su interior es de piel suave y brillante, generalmente rosada, pero eso puede variar de una mujer a otra, hasta ser incluso de color castaño o castaño oscuro, ya que en su coloración influye el tono general de la epidermis femenina, factores raciales y otros de diversa índole.

El tamaño y la forma de los labios mayores son considerablemente distintos en cada mujer.

ideaseductora.pngEl vello que los cubre resulta muy atractivo y enredarlo con un dedo, darle suaves tirones... En definitiva, jugar con él resulta sumamente grato.

Los labios menores

En el interior de la vulva, rodeando la entrada al canal de la vagina, se encuentran los labios menores. Su función más importante es lubricar el tejido de la vulva con sus secreciones que, junto con las vaginales y las que proceden de las glándulas sudoríparas, forman una capa impermeable que mantiene la zona protegida de la orina, del flujo menstrual y de las bacterias.

Estos pequeños labios, de bordes estrechos y forma alargada son la verdadera antesala de la vagina. Al igual que ocurre con los labios mayores, su tonalidad es muy variada. Son de un tejido sumamente delicado y extremadamente reactivo al estímulo sexual.

Aunque casi siempre están ocultos por los labios mayores, debido a su menor tamaño (muy pequeño habitualmente), en algunas mujeres son tan grandes que incluso asoman por fuera de la vulva, lo que también está dentro de la normalidad.

consultemedico.pngAlgunas mujeres, cuyos labios menores se descuelgan mucho de la base de la vulva y sobresalen, se sienten incómodas con el roce de la ropa interior. En otros casos les provoca inseguridad, vergüenza, temor al rechazo o les parece poco estético; sin embargo, aun siendo normal la variedad de tamaños, es posible reducirlos con una cirugía plástica reparadora, siempre que el especialista lo considere necesario.

La abertura vaginal y uretral

La entrada o abertura vaginal es la parte visible de la vagina cuando se apartan los labios menores y es uno de los puntos que más sensaciones erógenas registra de todo este conducto.

El área debajo del clítoris y encima de la abertura vaginal forma un triángulo o vestíbulo, donde se halla el meato urinario o uretral. Allí acaba el recorrido de la uretra, que conduce la orina, por allí también se excretan los flujos de las glándulas parauretrales. Su tamaño y forma varía de una mujer a otra.

El conducto uretral va desde el cuello de la vejiga hasta el meato urinario exterior, estrechamente adherido a la pared vaginal. En las mujeres mide cerca de 3,5 centímetros de longitud y no forma parte del aparato reproductor femenino.

A la entrada de la vagina se encuentra una delgada membrana denominada himen, que puede estar completa o parcialmente cerrada; es muy elástica, y en algunas mujeres no se rasga, sino que se estira durante la penetración y, en otras, aunque nunca hayan practicado el coito, se desgarra por diversos motivos. Los tampones no suelen romperlo y es bastante frecuente que no desaparezca por completo hasta el primer parto vaginal.

Avanzar en el conocimiento

El perineo es el tramo que va desde la vagina hasta el orificio del conducto anal. Se caracteriza por tener una piel muy delicada y sensitiva. La razón es que en esa zona hay una gran cantidad de terminaciones nerviosas sumamente sensitivas, hasta tal punto que algunas mujeres disfrutan tan intensamente cuando se les estimula el perineo que llegan al orgasmo con más rapidez.

Cuando explores tus genitales, no sólo se trata de que los observes, sino que el conocimiento que tendrás de ellos será mayor si los palpas. A través del tacto, además, verificarás mejor el tamaño de tu clítoris, te será posible comprobar su tejido retráctil y eréctil y, si sigues con un dedo el trazado del perineo, introduciéndolo en la vagina, conseguirás un buen conocimiento de las sensaciones que se despiertan en ti.

El clítoris

En la parte superior de la vulva, debajo de los labios mayores y en la confluencia de los labios menores, se sitúa el clítoris: palabra procedente del griego que significa “llave” (en el capítulo 9 te explico más cosas sobre él como receptor de placer). La zona visible de este órgano se asemeja a un guisante y durante mucho tiempo se creyó que su longitud total era de unos 3 centímetros, pero en la actualidad se sabe que puede alcanzar varios más en su parte interna, aunque en cada mujer los tamaños difieren, al igual que su forma y color.

En la zona interior del cuerpo, este órgano se divide como si fuera una letra V, formando dos raíces que pueden alcanzar hasta 10 centímetros cada una. Su recorrido incluye la zona frontal y los dos lados de la uretra, y llega hasta la entrada vaginal. En ese tramo hay dos bulbos que tienen una erección cuando la mujer está sexualmente excitada; cuanto más crece la pasión, mayor es el tamaño que alcanzan esos bulbos, lo que provoca la contracción del tercio inferior de la vagina, lo que aumenta las sensaciones.

El clítoris está unido al hueso pélvico a través de un ligamento corto, por lo que queda a la vista únicamente el glande, cuyo tejido es flexible y eréctil; una membrana en forma de capuchón protege la vulnerable estructura que lo compone.

En situación normal, está replegado sobre sí mismo y es el órgano más sensible de la vulva, especialmente en el glande. Su estructura es similar al pene, ya que el tejido que lo compone es esponjoso; por ello cuando una mujer está estimulada y la sangre afluye hasta allí, experimenta una erección, por lo que aumentan su tamaño y su firmeza.

Los senos

Aunque no formen parte del aparato genital, los senos son órganos sexuales secundarios y es evidente que constituyen un centro de extraordinaria capacidad de reacción erótica de las mujeres, así como un poderoso aliciente para la excitación masculina. (En el capítulo 9 vuelvo a hablarte de ellos.)

En las niñas pequeñas, los pechos no destacan más que en los niños. Pero al llegar al período que precede a la pubertad y a la aparición del primer flujo menstrual, crecen porque en su interior comienzan a adquirir madurez las glándulas mamarias, compuestas de lóbulos, que a su vez contienen lobulillos más pequeños, acabados en bulbos que producen leche en el período de lactancia. Todos ellos se conectan entre sí a través de unos conductos que convergen en los pezones. En su parte interior tienen vasos sanguíneos y también linfáticos, que acaban en los nódulos linfáticos arracimados situados en otras zonas del cuerpo.

La copa del pecho es lo visible y lo que en cada mujer tiene diferente aspecto y tamaño. Su piel es de la misma tonalidad que el resto del cuerpo, salvo en la zona de la areola, que es un círculo central, cuyo color es más intenso, pero en una variada gama de tonos rosados y marrones; su textura es muy delicada y en su centro está el pezón, cuyo tejido es eréctil y muy sensible a la estimulación.

El espejo o cómo ver lo que no se ve

Si te sientas con las nalgas al borde de una superficie, de modo que ésta no tape la vulva y abres bien las piernas, podrás verla perfectamente si sitúas frente a ella un simple espejo de mano.

De ese modo comprobarás su color, la densidad del tejido de los labios exteriores e interiores, conocerás la forma y el tamaño de tu clítoris y notarás que está protegido por una capucha de fina piel.

También podrás palpar el piso pelviano, toda la zona vulvar, para notar su tacto, textura y el grado de calor que emite. Quizá te asombres o incluso te surjan ideas eróticas al mirar esa parte de tu cuerpo; eso no sólo es completamente normal, sino que ese conocimiento es el inicio de un camino de madurez y satisfacción sexual.

advertencia.pngEs frecuente que en las mujeres las zonas u órganos duplicados, como, por ejemplo, los labios mayores y menores o los senos, no sean simétricos ni exactamente iguales entre sí. Por lo general, uno es más grande o tiene más volumen que el otro, lo que no debe ser motivo de alarma o preocupación, ya que es absolutamente normal.

Kama-sutra para dummies
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